viernes, 27 de enero de 2012

Hablemos de política

A comenzado el 2012 y todavía no había hablado de política en este lugar. La razón de ello, no sé si es por la desazón que me produce el ejecutivo que tenemos ahora mismo gobernando nuestros destinos o, posiblemente, el desconcierto y la perplejidad que se hicieron dueñas de mi al ver las primeras acciones de este gobierno elegido - de forma democrática, eso sí- como medio de quitarnos de encima la losa que teníamos con el PSOE, sin darnos cuenta de que ahora tenemos arriba una mayor; como bien dice el refranero español, si no quieres caldo, toma dos tazas.

Y es que siento decirlo así, pero, nos gobierna un señor que actúa igual que cuando estaba en la oposición, es decir, dejando que sean otros los que se quemen.

Nada se sabe de él, no habla, no comparece. La última vez que se le vió fue en el funeral de honor que se rindió al fallecido Don Manuel Fraga.

Y es que, el señor Presidente, de tonto no tiene un pelo, ypues es más que consciente de que en campaña electoral MINTIÓ.

Si echamos la vista atrás, podremos recordar que en su propio discurso de investidura dijo que no tenía ninguna intención de subir impuestos. Nos coló el engaño. Con la misma desfachatez se jactó a decir que subiría las pensiones, que sería la única partida de gasto que tendría segura; eso sí, que sería de un 1% (no llega ni a los 10€ mensuales). Sin embargo, días después, prometió a los militares, que en ellos no repararía en gastos para aumentar su seguridad. Nos volvió a engañar.

Algo sí hay que reconocerle. Ha sabido cubrirse las espaldas poniéndo al frente del batallón a una gran oradora como es Soraya Sáenz de Santamaría. Mal que nos pese, sin duda, es un peso pesado dentro del equipo directivo que ha organizado, capaz de sacar las castañas del fuego en todo momento, o como se podría decir vulgarmente, capaz de mojarse el culo recogiendo lapas.

Eso necesitaba el señor Rajoy, alguien a quien no le importe mancharse las manos con tal de dejar que su figura no salga dañada pues, si algo le caracteriza es su falta de valentía y su innata necesidad de mantenerse en segunda línea cuando él debiera ser quien diese la cara y diese las explicaciones a un pueblo, ávido de respuestas, de soluciones y de trabajo.

Y es que, cuando uno es Presidente del Gobierno, lo es siempre. Que no se le olvide, señor Rajoy.

No hay comentarios: