Nos enfrentamos ante uno nuevo de los engaños que nos ha regalado éste, "nuestro" Gobierno. La EDUCACIÓN.
No cabe duda de que una buena base educativa es fundamental para una sociedad sana, con futuro y con expectativas. Una segunda fase de la educación sólida, es indispensable para que esa sociedad sana, con futuro y expectativas tenga un raciocinio personal, único y no manipulable. Una educación especializada, o técnica, o superior, como lo quieran llamar, es indiscutiblemente necesaria para una sociedad emprendedora.
Pero si todo esto no fuese suficiente, esa educación ha de ser UNIVERSAL y GRATUITA para asegurarnos que todas las capas sociales pueden acceder a ella. Porque todos tienen derecho, y así lo recoge la Carta Magna de nuestra señora Democracia, la Constitución.
Sin embargo, el pasado 20 de noviembre, llegó al poder un equipo que está dispuesto a romper, en cuatro meses, lo que ha costado 30 años conseguir. Sin duda, quieren hacernos regresar a aquellas épocas en las que solo los "ciudadanos pudientes" accedían a los niveles superiores de la educación, donde sólo mandaba el poderoso caballero don dinero. Decepcionante.
Pretenden romper la educación pública, destrozándola desde la raíz, la educación básica. Niños hacinados en aulas repletas; profesores con menos horas para dedicar a tutorías y atención a padres y alumnos; reducción de plantilla; aumento de horas lectivas para los profesores, por el mismo o inferior sueldo; nada de ofrecer profesores sustitutos en caso de bajas...
Llegamos a la secundaria y quieren hacer una reforma total, alegando que favorecerá la calidad, y que, hasta ellos mismos saben, que el fracaso escolar no lo van a erradicar así. Reducción, en un año, de la ESO, y aumento, en un año, del Bachillerato, convirtiendo ese primer año de Bachillerato en obligatorio, como lo es, hasta ahora 4º de la ESO. A partir de ahí, todo como siempre, o un FP, o seguir hasta 3º de Bachillerato.
Llegamos a la Universidad. No se iban a librar, por supuesto. Buscan excelencia, y creen que lo van a conseguir a base de aumento de tasas. No en una reforma y mejora del programa educativo, no, sino a base de hacer pagar, al estudiante (o a sus padres) más dinero del que ya dan. Lo explicaré mejor:
Si un estudiante de primer año pagaba hasta ahora el 15% de lo que costaba su matrícula, que suponía unos 600 € de mínima, ahora pagará hasta el 54%, pasando a ser hasta los 1240 € aproximadamente.
Si ese estudiante, debe matricularse por segunda vez de una asignatura, esa matrícula podría aumentar al 66%. En caso de necesitar una tercera matrícula, subiría al 80%. Y en caso de necesitar una cuarta, debería cubrir el 100% del coste.
Esto no favorece la educación, perjudica al acceso de la misma. Pues las familias ya están afectadas por el resto de incrementos y cargas sociales. Sólo los más pudientes tendrán la oportunidad de poder costearse su carrera. Argumentan que se repiten por vaguería. Se equivocan.
¿La educación, una línea roja que no iban a tocar? MENTIRA.
Y ya llevamos 2. Quedan más.