viernes, 16 de diciembre de 2011

¿Qué quiere hacer señor Rajoy?


Que el señor Mariano Rajoy fue elegido como Presidente del Gobierno de España el pasado 20 de noviembre no es ninguna novedad, lo sé, no estoy descubriendo nada nuevo; pero es que me pongo en la misma situación en la que está él, para ver si desde ahí puedo tener un poco de perspectiva (la suya) e intuir la que se nos viene encima.


Sí, sí, lo digo bien, la que se nos viene encima. Pensaban muchos, el día de las elecciones (y antes también) que un cambio de gobierno, hacia la derecha, iba a ser sinónimo de progreso, de evolución de crecimiento económico, pero ya les digo yo que no. Y es un no rotundo por un motivo contundente:

   - No puede llevar una política estatal totalmente libre, pues depende de las decisiones de Bruselas, y ahí ya han hablado: hay que hacer ajustes, recortar déficit, o lo que es lo mismo, tomar medidas que no gustan a nadie porque suelen ser todas de corte social.

Y es que nuestros amigos europeos, o mejor dicho, nuestra amiga Alemania, considera que primero hay que apretar el cinturón, reducir el déficit, limpiar la casa de suciedad y luego, empezar a invertir en crecimiento, pero yo me pregunto, ¿realmente esa es la clave? ¿realmente así generaremos confianza suficiente como para que los mercados, los inversores, se fijen en nosotros y podamos empezar a crecer?
Hay quien piensa que sí, que si somos capaces de ahorrar, nos verán como un país estable, capaz de pagar la deuda que tiene (que no es poca) y por tanto, los mercados se fijarían en nosotros. Pero es que por mucho que ahorres, si no inviertes en crecer, poco o nada estaremos consiguiendo, teniendo en cuenta el nivel de paro que tenemos en España.

Un asunto importante que anda sobre la mesa son los "miniempleos", que por lo visto, andan de moda por Europa (Alemania a la cabeza, como no), pero que, permitan mi más modesta opinión, creo que no ayudarán de mucho. Empleos de pocas horas, con poco sueldo base (400€), ni generarán consumo, ni creo que saquen de la pobreza a nadie, con lo cual, mucho me temo que suponga un paso atrás. Y no es por nada, pero algo me dice que veo a Rajoy aceptando esta propuesta. Tiempo al tiempo.

El lunes tendrá que pronunciar su discurso de investidura, y previsiblemente hablará, ahí, de las medidas (o algunas de ellas) que tomará como presidente. Ya ha dejado caer que sus promesas electorales probablemente no pueda cumplirlas (subir las pensiones, no subir los impuestos...), así que ya ha dejado demostrado que sus promesas, solo eran electoralistas, para captar votos, y luego se las pasaría por el arco del triunfo. Quiero que se me entienda bien. Intención tiene, el hombre, de querer sacarnos de donde estamos, no digo yo que no, pero ¿por qué no aprieta el cinturón a otros, en vez de a los mismos de siempre?

Subida de impuestos, congelación o bajada de pensiones, reducción de becas, alguna que otra ayuda fiscal a empresarios y banqueros, reducción del salario de los funcionarios, recortes en sanidad, educación, cultura, y mucho me temo que se le pase por la cabeza (y por los Decretos) la idea del co-pago tanto en sanidad como en educación. Sí, son elucubraciones mías, pero ahí quedan, veremos qué se cumple de ahí y qué no. Y en enero, aumento del paro.

¿Cuánto durará el boom Rajoy? ¿Cuánto tardarán algunos en empezar a pedir que rueden cabezas? ¿Cuánto tardarán en producirse las primeras protestas y manifestaciones en las calles de nuestro país? Su mandato lo comienza como Presidente, ya de forma oficial la próxima semana; estaremos atentos, y veremos qué pasa, pero mucho me temo, que aquí vamos a estar mucho tiempo en la calle.

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