El diputado por UPyD, Toni Cantó, ha vuelto a ser el protagonista político de la semana (a excepción de todo lo referente al caso Bárcenas), por unos comentarios más típico de un hombre de caverna que de alguien a quien se le presupone una cierta apertura.
Afirmar que la mayor parte de las denuncias por malos tratos son falsos es no ver más allá del horizonte en una realidad cruda y cruel para miles de mujeres en este país. Cuando la verdad es que esas falsas denuncias no superan el 0.5% del total.
Tantos años de lucha por los derechos de las víctimas de la violencia de género no pueden ser desmontados, en 140 caracteres por una calumnia y una falsedad, y a pesar de sus disculpas, la verdad es que el daño ya está hecho, y la sensibilidad ajena ya se ha maleado.
Para rematar, sentenciar que las políticas de igualdad se han creado en detrimento del hombre, es mostrar con demasiado descaro una aptitud y una actitud machista ante la sociedad, más propia de la sociedad española de hace más de 40 años.
Si queremos una regeneración política, para una sociedad saneada, lo primero es sanear el Congreso de los Diputados, supuesta casa de la soberanía nacional (demasiado maltrecha), de personajes como éste, que lo único que consiguen es enturbiar una realidad, de por sí, muy cruda, con comentarios prehistóricos y faltos de certeza.