viernes, 1 de marzo de 2013

Un partido perdido

El Partido Socialista vive una época convulsa propiciada por sí mismo, sus incongruencias y sus discrepancias internas. 

Una directiva débil, que será incapaz de quitarse de arriba la carga (pesada), del pasado más próximo con el último Gobierno nacional socialista; incapaz de hacer frente a un Gobierno popular que oprime a la sociedad española; e incapaz de mantener la calma y la tranquilidad dentro del propio partido.

Se quiere vender la imagen de un partido unido, que empujan todos a una, pero la realidad es bien distinta y eso no lo pueden negar. Cuando todo parecía que iba a tomar un único discurso, aparece el PSC y su votación en favor de la consulta de autodeterminación en Cataluña. Una facción del PSOE dividida en sí misma, y que trae más quebraderos de cabeza a la secretaría general. 

Rubalcaba no es lo que se esperaba, le es difícil conseguir que su partido encaje en una sociedad necesitada de referentes sólidos y capaces de hacer frente en aquellas instituciones en las que los ciudadanos no tienen voz propia. Y la principal causa es una, y es que el Partido Socialista Obrero Español, cada vez tiene menos de social y de obrero, y le es difícil recuperar esa imagen tras venderse al dinero, al mercado, al poder económico y dar de lado, en sus dos últimas legislaturas gobernando, a esa sociedad que lo tenía como principal referente dentro de los partidos de izquierdas. 

Necesitamos, todos, una regeneración política; pero el PSOE necesita regenerarse, sacar de sus entrañas a los viejos barones y poner en el escaparate a sabia nueva, capaz de reflejar y de llevar a la práctica las necesidades reales de la sociedad, sabiendo conectar con ellos. Sin eso, la crisis actual del partido, jamás dejará de sufrirse.

No hay comentarios: