Los ciudadanos de este país se están viendo sometidos al despotismo más bajo posible en cualquier Estado que se llena la boca al llamarse democrático. ¿Democrático? Volvemos irremediablemente 40 ó 50 años atrás, años en los que una sola persona, Franco, era capaz de hacer lo que hoy hacen Rajoy y compañía.
La Ley de Responsabilidad Ciudadana, la ley que se resume en: "al que hable, tunda de palos", es un despropósito desde la primera letra. Se amarra de pies y manos al ciudadano, se le cose la boca para que no hable, grite o berree, se le imponen sanciones económicas elevadas para que, si quedaba alguna posibilidad de que aun con miedo saliese a la calle, que se quede en el sofá. Ese sofá en el que quieren que estés apoltronado viendo fútbol, la novela, o el concurso de moda en la televisión. Que no escuches los informativos, que los periódicos no los mires, porque si los miras, te cabreas, y si te cabreas quieres salir a protestar, y ya sabes qué te puede pasar si lo haces.
No contento con eso, el Gobierno compra un camón con chorro de agua para dispersar manifestaciones, aunque ellos digan que es para apagar los contenedores que incendian los manifestantes. Cómo mienten. La realidad es que lo hacen para, a su juicio, limpiar las calles de esos ciudadanos conversos a su ideal, aquellas ovejas descarriadas que se atreven a decir no a las medidas que toman. A aquellos que toman conciencia de la gravedad y quieren mostrar su disconformidad, a ellos los barrerán a manguerazo de las calles.
No importa cuantos organismos internacionales digan que España está corriendo peligro por el maltrato a los derechos fundamentales de los ciudadanos. Unos derechos fundamentales recogidos en la Constitución, esa Carta Magna que ellos creen defender. Da igual lo que otros digan. Tú ya no tienes ese derecho de manifestarte, de protestar. Cuánta lástima me da la inacción de la ciudadanía española. Les roban, les maltratan, les humillas, se burlan, se mofan y le ridiculizan desde el Gobierno, y esa ciudadanía agacha las orejas, cierra la boca y mira para otro lado. Así no se va el problema. El problema lleva dos años sentado en Moncloa. Él y toda su tropue. Ese es el problema.
Mucho, por mucho menos, ya habrían hecho dimitir a Presidentes y Ministros. Somos un país de chiste. Pandereta, toros y olé. Fiesta y jarana. Los botellones los fines de semana que no falten. Yo me gasto lo que no tengo en risas y juergas, y que otros se ocupen de mis problemas. ¿Y así queremos que nos tomen en serio? Si ni nosotros mismos lo hacemos.
Actúa ante esta Ley mordaza. Actúa ante esta Ley represora. Lucha por lo que te pertenece, que no es otra cosa que la libertad. Que estos dirigentes que se llaman patriotas, y no llegan ni a patrioteros, sino que se quedan en patrioteruchos de tres al cuarto, no te quiten lo que, por derecho, es tuyo. No dejes que implanten la censura de los palos, las multas y la violencia. Que se marchen. Sólo demuestran incompetencia, miedo y frustración. Respondamos con insumisión.
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