martes, 30 de abril de 2013

Una pizca de (im)paciencia

La última trequiñuela del presidente del Gobierno es pedir a los ciudadanos que, además de aceptar sí o sí las medidas económicas, deben tener un poco de paciencia. ¿Más paciencia?

Venir a pedirle paciencia a los 6,2 millones de parados es, cuanto menos, deprobable; pedirle paciencia a los cientos de desahuciados es una desfachatez; pedirle paciencia a los jubilados, a aquellos que se quedan sin prestación, a los que se ven obligados a tener que irse del país, es absurdamente ridículo.

Mariano Rajoy está demostrando, al igual que su equipo, que vive en un mundo alejado del real, en una realidad paralela desvirtuada, donde ven datos positivos donse todos vemos dramas y batacazos; donde ven elementos de que España se esta recuperando, cuando los demás vemos un país más deprimido, más triste, más pobre.

Hay dos opciones: seguir así, encaminando nuestros pasos hasta el filo de un precipicio más alto que el de hace algo más de un año; o empezar a tomar conciencia de la realidad,pedir, reclamar, exigir y no parr hasta conseguir que empiecen a caer, uno a uno, los responsables políticos y económicos de ésta, nuestra gran crisis. Que los verdaderos responsables comiencen a asumir consecuencias y sean juzgados por ello. Los ciudadanos no hemos tomado las decisiones que nos han traído hasta aquí, y ya hemos pagado suficiente.

viernes, 26 de abril de 2013

Seguimos sin remedio

El paro sigue dando estragos; no da tregua y descanso ni a gobernantes ni a parados; pero, en parte, tenemos lo que queremos. Los datos ofrecidos por la EPA sacan a la luz unas cifras que deberían avergonzar a más de uno. Más de seis millones de parados, llegando a convertirse en el 27% del total. De ello se extrae también el paro de gente joven, que sigue batiendo récords; actualmente supera el 57%. 

Demasiadas casualidades. Salen los datos cuando se mantiene al país sumergido en un intenso suspense por la convocatoria de la plataforma '¡En Pie!' para "asediar" el Congreso de los Diputados; buena medida para que los escalofriantes datos no supongan un clamor social en las calles y mantener una calma ficticia a ojos de los vigilantes de a Unión Europea. 

Mientras tanto, ¿qué ha hecho el Gobierno? Absolutamente nada. El presidente y sus ministros han pasado el día escondidos en algún lugar, vete a saber dónde, para evitar tener que dar la cara por el descalabro laboral y económico en el que están metiendo al país. Aquellos que prometían reducir el paro en cuanto llegasen al Gobierno, lo único que han sabido hacer es empobrecer más al país y aumentar, en algo más de un millón, el número de parados.

Fátima Báñez, la ministra encargada de la materia ha demostrado, por enésima vez, su incompetencia ante tal problemática, la seriedad que ello supone, el rigor que exige, el compromiso. No cumple con nada de ello, y por lo tanto su presencia al frente de la cartera ministerial de empleo es absurdo y, para los ciudadanos parados, innecesario. No queremos más desempleo. Hemos llegado al límite. 

Que dimita, que se vaya, que deje hueco a otra persona con ideas, con iniciativa, con capacidad para reaccionar ante este mal endémico español. Que se largue a su casa, probablemente allí moleste menos que en el cargo público. Da vergüenza pensar que se está pagando un sueldo con dinero público a una persona sumamente incapaz; severamente incompetente. Vete.

lunes, 22 de abril de 2013

A vueltas con las primarias

El Partido Socialista sigue en su continua batalla por encontrar la estabilidad, tanto interna como externa, pero realmente se complican demasiado la existencia ellos mismos. 

No es posible que el segundo partido más votado sea incapaz de conseguir calmar las aguas entre sus afiliados, y que, además, siga sin dar con la tecla exacta para poder absorber la huida de votos que sufre el PP, cosa que sí hacen partidos como UPyD o IU. 

Alfredo Pérez Rubalcaba sigue aferrado a su sillón de Secretario General del partido y, por lo que se ve, no tiene ni la menor intención de soltarlo, y es que, ni de lejos, se le pasa por la cabeza convocar a primarias para nombrar a quien pueda ser el candidato del partido en las elecciones de 2015. La cuestión es si el día que se plantee convocarlas, no será demasiado tarde. Los datos indican que, en caso de hacerlo, sea contra quien sea de los tres nombres que se barajan, saldría perdiendo con un resultado más o menos ajustado.

Sin embargo, el descalabro llega a tales dimensiones, que el propio partido se enfrenta a sí mismo, y así lo demuestra el PSOE gallego, que desoye las órdenes de Ferraz y convoca sus propias primarias. Rubalcaba, por su parte, la única idea que tiene en el asunto de las elecciones primarias del partido es hacerlo para las elecciones europeas. Que el fatídico resultado que se vaticina sea culpa de los electores. Buena manera de lavarse las manos. 

Al PSOE le hace falta un líder, un buen líder que sepa llevar las riendas, reconducir la actual situación de fatídica crisis del partido y que ponga orden entre sus propios mandatarios. Demasiados son los frentes abiertos que tiene Rubalcaba y, por el momento, no está sabiendo gestionarlo.

miércoles, 3 de abril de 2013

Un segundo desprecio

Lo de Mariano Rajoy ya no hay quien lo entienda. Quiere claridad, decir la verdad, dar la cara, pero no consigue cumplir con ninguna. Después de cinco semanas sin declarar ante los medios, vuelve a hacerlo a través de una pantalla.

Falta de respeto al ciudadano y al periodista que está en esa 'rueda de prensa'. Al primero porque demuestra que no es capaz de hacer frente a las situaciones cara a cara, que necesita un escudo entre él mismo y la vida real (pantallas planas, ministros, miembros de partido...), y a los segundos porque les impide cumplir con su verdadera función: preguntar, buscar la información, indagar, sacar la verdad de las palabras que se dicen. 

Como ciudadano me produce una aberración de tal calibre, que es imposible de describir con palabras. Un presidente de Gobierno que anda con miedo. Pero es un miedo entendible (aunque no justificable). Miedo por saber que no dice la verdad en sus 'explicaciones', que marea la perdiz para no decir nada, que gobierna  a golpe de decretos, dando patadas a la democracia, evitando cualquier debate que le deje en evidencia, en favor del que tiene dinero en detrimento de la mayoría de los ciudadanos.

Como periodista es un acto de falta de respeto hacia una hermosa profesión. Pero aunque su actitud me duele, lo hace más la actitud de los compañeros. Ante situaciones así, deben actuar con decisión y sin caer en el mecenazgo. Levantarse, marcharse y dejar sólo al que 'comparece'. Es lo único que merecen. Así aprenderán. Sin periodistas no hay periodismo.

martes, 2 de abril de 2013

Sin respeto no hay respeto.

Hablando de política con un amigo cercano me espetó que no podía pedir respeto si no era capaz de respetar, en este caso, a quienes han sido elegidos por los ciudadanos en un acto de democracia. Ese fue el punto de partida para este articulo. ¿Y ellos? ¿respetan a quienes les votan, y a quienes no? ¿son merecedores de respeto cuando mienten, engañan a conciencia o se corrompen por dinero? 

Ese tan ansiado, exigido, pedido o implorado respeto no se tiene 'per se', se trabaja día a día, se gana con cada uno de nuestros actos y nuestras palabras, y los 'grandes políticos' de nuestro país, aquellos que están en las hojas de periódicos, en pantallas de televisión o en ondas de radio constantemente, los dirigentes de los grandes partidos, los mandatarios de las principales ciudades y Comunidades Autónomas, no están trabajando para ser merecedores de respeto, sino todo lo contrario. 

Con las medidas del Gobierno central, las de los Gobiernos autonómicos, así como todas y cada una de las causas de corrupción (EREs en Andalucía, Gürtel en Valencia, Palau en Barcelona, Bárcenas en Madrid, Pujol en Barcelona...) se han ganado a pulso que la ciudadanía ya no sólo esté cansada, sino que la sensación de hartazgo, de hastío hasta la saciedad llegue a sus más amplios límites. 

Asemejar los movimientos de defensa de las causas sociales con movimientos proetarras; condenar, machacar, señalar como delincuentes a quienes se manifiestan en pro de los derechos que les están siendo robados, no hacen dignos, ni merecedores de respeto a quienes 'dirigen' el rumbo de todo un país. 

"Cada palo que aguante su vela" decía María Dolores de Cospedal cuando saltó el caso de los papeles de Bárcenas; pues eso, ésta es la vela que a ellos les toca aguantar. Sin respeto no hay respeto.