A veces, sopesar las últimas acciones tomadas por el Gobierno requieren parar mucho tiempo, analizar, recapacitar e intentar plasmar una idea que no sea a la defensiva, pero este Ejecutivo la verdad es que se empeña en ponerlo difícil.
Terminábamos la semana pasada con el que creíamos que era el Decreto estrella del Rajoy team. La medida para evitar la brutal escalada de desahucios es, probablemente, un parche tan pequeño que ayude y cubra a un sector excesivamente escaso dentro del grupo tan amplio de afectados.
Quieren cubrir a un sector de "extrema necesidad" pero, ¿cuál es ese sector? ¿Cualquiera que va a ser desahuciado no está ya en extrema necesidad? Pues parece ser que no.
Para el Gobierno, ese grupo son aquellos que cobran menos de 19.200 € anuales, con hijos menores de cuatro años, o con algún miembro dependiente, o familias monoparentales. Se quedan cortos al poner la frontera.
Quizá lo que necesitan es que les expliquen que hace falta más valentía a la hora de afrontar este asunto, más valor para ponerse frente al poder bancario, más mirada política y de nación para reformar una ley que está vigente desde 1909 y explicarles que un parche no es una reforma, es sólo eso, un parche. No renueva la ley, simplemente la adorna un poco.
Pues si ésto no es poco, llego la medida estrella de verdad. Vender viviendas a extranjeros, no comunitarios, que tengan más de 160.000 €, y de regalo, se les daría el permiso de residencia. España cuenta con un parque de viviendas vacías que ronda los 3'5 millones, y sin embargo, más que alquileres sociales para quienes se han quedado sin casa, prefieren remover la burbuja inmobiliaria, darle una nueva visión y volver a adquirir ingresos por medio de aquello que nos trajo a esta situación.
¿Y los inmigrantes que llevan años trabajando aquí? ¿se tienen que marchar? Volvemos a dejar claro que el Gobierno de Rajoy quiere hacer un país de élites, un país de pago, en el que sólo quien tiene dinero puede acceder a los servicios básicos de una sociedad (sanidad, educación, justicia...)
Se les llena la boca diciendo que gobiernan para todos, pero se les debería caer la cara de vergüenza cuando se demuestra que, la realidad, es todo lo contrario. Si creíamos que ya habíamos visto todo, parece ser que aún no hemos tocado techo. Debe ser que quieren hacer caso a ese presidente de la patronal bancaria que se llena la boca diciendo que "para salir de la crisis hay que construir más casas y dar hipotecas".
En definitiva, ladrillo para arreglar los males del ladrillazo.
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